Se apagan las luces y nuestra mente nos lleva a recordar aquellos acontecimientos, aquellas personas que dejan una huella profunda en nuestras vidas. Bienvenido al lugar donde vengo a disfrutar............. Los Recuerdos del día
jueves, 3 de junio de 2010
Mamá Cuca
Mi Mamá Cuca (la mamá de mi padre) era menudita, pequeña, como una varita de huizache, pero inteligente y con una fortaleza de roble. Nunca fué a la escuela, a ella la educaron como correspondía a las "niñas bien" de su época; una institutriz le enseñó a bordar, a llevar una casa con mano firme, a tocar el piano y cantar como soprano. No sé si la institutriz se lo enseñó; pero también aprendió a nunca contradecir a su marido (mi abuelo) y a siempre salirse con la suya.
La revolución la sacó de golpe de la burbúja de cristal que era su vida, y la enfrentó a la realidad cruda y despiadada que le dió la fuerza (creo yo) que más adelante la distinguiría.
Su padre fué fusilado por los revolucionarios, pues era funcionario del gobierno y su madre murió más tarde, tal vez de puro pesar o de puro asombro, pues no estaba preparada, ni tuvo las agallas para vivir su desgracia.
A mi abuela y a sus hermanos los repartieron en las casas de los parientes que supieron hacerse del lado conveniente y no perdieron su riqueza. Y la que estaba acostumbrada a dormir en sábanas de lino, tuvo que acostumbrarse a ser la dama de compañía de una prima rica.
Todo esto nos lo platicaba mi Mamá Cuca sin resentimiento, más bien lo contaba como si fuera una aventura que le hubiera tocado vivir.
Ella me enseñó a fumar a los 11 años, cigarro de hoja, el cual hacía siguiendo un ritual que no modificaba.
Fué el artifice de una de las épocas más felices de mi vida. Cierro los ojos y veo su cara y puedo oler su aroma.
Al final de su patio lleno de plantas, había una banca sombreada por una enredadera de parra y ahi nos sentabamos a platicar, después de hacer "todo lo que una mujer debía de hacer" claro; pero lo que más me gustaba era sentarme en el suelo y recargar mi cabeza en su regazo y quedarnos en silencio dsifrutando la nada.
Ningún libro me ha enseñado lo que me enseñó mi Mamá Cuca, en nungún lugar he aprendido lo que aprendí con ella. Me enseñó a estar, a ser. Gracias a ella disfruto la soledad y el silencio. Gracias a ella aprendí a ver la luz al final de la obscuridad, a adaptarme a lo mucho y a lo poco.
Espero al final del día mirar hacia atrás y disfrutar al igual que ella la maravillosa aventura de la vida.
GRACIAS MAMÁ CUCA
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Felicidades Arluu!! por haber tenido una mama Cuca tan maravillosa, me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarTambien te Felicito por ser la ganadora de la segunda historia de la Escritora perdida. Un besazo
HERMOSISIMO AMIGA,ARLUUU FELICIDADES EN TU BLOG.AMIGA... LA ABU DE ALMA....
ResponderEliminarQue lindo Arlu!
ResponderEliminarQue felicidad haber tenido una abuela asi, yo tambien tengo un maravilloso recuerdo de la mia,ahora espero ser un poco aunque sea como ellas con mis nietas.
Un beso grande.