Recuerdo haber visto sus fotografías caminando derechito, con una sonrisa medio coqueta, medio sarcástica.
Es inteligente, con una filosofía de vida que le ha permitido recorrer los caminos muy a su manera.
Gracias a él tengo el hábito de la lectura, y de él heredé esta vena medio literaria que me permite escribir mis recuerdos envueltos en una nube de fantasía.
De carácter recio, bastaba una mirada suya que nos hacía entender cuando no estábamos haciendo lo correcto.
Muy pocas veces recibí un regaño de su parte; cuando hacía algo que no le gustaba, y que, dicho sea de paso, yo sabía que era algo inadecuado; sólo me decía que lo decepcionaba mi forma de actuar, la verdad yo hubiera preferido un regaño, un grito, no esa frase que me mostraba lo que mi padre esperaba de mi.
Mi infancia está llena de recuerdos maravillosos, paseos a lugares sencillos pero que nos hacían pasar momentos inolvidables, como las visitas a los pequeños canales de agua cristalina que había en las afueras de la ciudad, donde en la actualidad está una colonia residencial. Esos canales ya no existen, pero en nuestra memoria todavía están presentes los árboles frondosos, el canto de los pájaros, la brisa cálida y el agua fresca donde nos bañábamos mis hermanos y yo, y de donde salíamos temblando de frio pero felices, llenos de energía, sintiendo la alegría de estar vivos.
También recuerdo los paseos a la Unidad Deportiva, mi mamá cargaba con refrescos, agua, pan y todo lo necesario para alimentar y dar de beber a una tropa de por lo menos 10 jóvenes, adolescentes y niños, entre hijos y "agregados" que nunca faltaban. De verdad que nos hacía sudar, corríamos, brincábamos, trepábamos, no nos daba oportunidad de rendirnos hasta que estaba seguro que habíamos puesto todo nuestro esfuerzo para seguirle el paso.
Siempre admiré la energía de mi papá, jugaba béisbol, y cuando era mucho más jóven, básquetbol. En las fiestas no paraba de bailar.
Me gustaba mucho verlo bailar las canciones de los 60´s ó 70´s porque mostraba el estilo tipo swing que se bailaba cuando era un jovencito, creo que también heredé de él el gusto por el baile.
Todos me dicen que me parezco mucho físicamente a mi mamá, pero en el carácter creo que soy muy parecida a mi padre.
Era firme y siempre esperaba que se le obedeciera sin chistar, pero a mí y a mis 2 hermanos menores, nos tocó una época mucho más suave de su carácter; tal vez se fué modernizando, o como dice uno de mis hermanos, nosotros lo "agarramos" cansado.
Sea como fuere, mi padre nos hizo disfrutar mucho nuestra infancia, algunas veces era sólo la salida a comprar la fruta; cuando lo acompañaban mis hermanos menores, siempre llegaban comentándo alguna anécdota, como cuando los escoltó el agente de tránsito hasta la puerta de la casa, en vez de levantarle la infracción a que se había hecho acreedor.
Tenía una capacidad de negociación que siempre que lo veía usarla me dejaba asombrada.
Los nietos no le dicen abuelo o abuelito, le dicen General, no se si por su carácter recio, por alguna anécdota o broma desconocida, o por.... qué se yo. El caso es que todos le dicen "Mi General".
Siempre ví a mi padre fuerte como un roble, nunca me imaginé que pudiese enfermarse o verlo vulnerable.
En una ocasión que fué intervenido quirúrgicamente, a los pocos días andaba repartiendo despensas para sus empleados, pues eran vísperas de Navidad.
Por esa razón cuando lo vimos postrado en una cama de hospital sin poder mover ni una sola parte de su cuerpo por el dolor tan intenso que esto le producía, nadie podía dar crédito de lo que veíamos.
Un 1° de julio, tuvieron que intervenirlo para buscar la causa de ese dolor en su columna vertebral, llegamos de madrugada, y ya entrada la mañana vimos salir al médico, las cosas no habían salido como esperaba. pero dentro de todo estaba bien. Hasta ese momento nadie había recordado que ese día era mi cumpleaños.
Poco a poco lo vimos deteriorarse, nos parecía imposible que nuestro héroe de mil batallas se nos escapara de las manos. Y, de pronto lo vimos reverdecer, mejorar cada día, comenzar a dar sus primeros pasos, a bromear con sus hijas que lo traíamos "de la gamarra" es decir sin darle tregua, para que esos pasos fueran cada vez más firmes.
Hay algunas cosas que mi padre ya no puede hacer, pero las ha solventado con muchas otras.
Tenemos General para rato
Tenemos la esperanza que uno de sus deseos de despedida tarde mucho en cumplirse, pero llegado el momento, cada uno de sus nietos y sus bisnietos se formarán y con voz firme le rendirán un homenaje a un hombre excepcional, sin vacilar le dirán...............................
"ESTAMOS PRESENTES MIS GENERAL"
Mi infancia está llena de recuerdos maravillosos, paseos a lugares sencillos pero que nos hacían pasar momentos inolvidables, como las visitas a los pequeños canales de agua cristalina que había en las afueras de la ciudad, donde en la actualidad está una colonia residencial. Esos canales ya no existen, pero en nuestra memoria todavía están presentes los árboles frondosos, el canto de los pájaros, la brisa cálida y el agua fresca donde nos bañábamos mis hermanos y yo, y de donde salíamos temblando de frio pero felices, llenos de energía, sintiendo la alegría de estar vivos.
También recuerdo los paseos a la Unidad Deportiva, mi mamá cargaba con refrescos, agua, pan y todo lo necesario para alimentar y dar de beber a una tropa de por lo menos 10 jóvenes, adolescentes y niños, entre hijos y "agregados" que nunca faltaban. De verdad que nos hacía sudar, corríamos, brincábamos, trepábamos, no nos daba oportunidad de rendirnos hasta que estaba seguro que habíamos puesto todo nuestro esfuerzo para seguirle el paso.
Siempre admiré la energía de mi papá, jugaba béisbol, y cuando era mucho más jóven, básquetbol. En las fiestas no paraba de bailar.
Me gustaba mucho verlo bailar las canciones de los 60´s ó 70´s porque mostraba el estilo tipo swing que se bailaba cuando era un jovencito, creo que también heredé de él el gusto por el baile.
Todos me dicen que me parezco mucho físicamente a mi mamá, pero en el carácter creo que soy muy parecida a mi padre.
Era firme y siempre esperaba que se le obedeciera sin chistar, pero a mí y a mis 2 hermanos menores, nos tocó una época mucho más suave de su carácter; tal vez se fué modernizando, o como dice uno de mis hermanos, nosotros lo "agarramos" cansado.
Sea como fuere, mi padre nos hizo disfrutar mucho nuestra infancia, algunas veces era sólo la salida a comprar la fruta; cuando lo acompañaban mis hermanos menores, siempre llegaban comentándo alguna anécdota, como cuando los escoltó el agente de tránsito hasta la puerta de la casa, en vez de levantarle la infracción a que se había hecho acreedor.
Tenía una capacidad de negociación que siempre que lo veía usarla me dejaba asombrada.
Los nietos no le dicen abuelo o abuelito, le dicen General, no se si por su carácter recio, por alguna anécdota o broma desconocida, o por.... qué se yo. El caso es que todos le dicen "Mi General".
Siempre ví a mi padre fuerte como un roble, nunca me imaginé que pudiese enfermarse o verlo vulnerable.
En una ocasión que fué intervenido quirúrgicamente, a los pocos días andaba repartiendo despensas para sus empleados, pues eran vísperas de Navidad.
Por esa razón cuando lo vimos postrado en una cama de hospital sin poder mover ni una sola parte de su cuerpo por el dolor tan intenso que esto le producía, nadie podía dar crédito de lo que veíamos.
Un 1° de julio, tuvieron que intervenirlo para buscar la causa de ese dolor en su columna vertebral, llegamos de madrugada, y ya entrada la mañana vimos salir al médico, las cosas no habían salido como esperaba. pero dentro de todo estaba bien. Hasta ese momento nadie había recordado que ese día era mi cumpleaños.
Poco a poco lo vimos deteriorarse, nos parecía imposible que nuestro héroe de mil batallas se nos escapara de las manos. Y, de pronto lo vimos reverdecer, mejorar cada día, comenzar a dar sus primeros pasos, a bromear con sus hijas que lo traíamos "de la gamarra" es decir sin darle tregua, para que esos pasos fueran cada vez más firmes.
Hay algunas cosas que mi padre ya no puede hacer, pero las ha solventado con muchas otras.
Tenemos General para rato
Tenemos la esperanza que uno de sus deseos de despedida tarde mucho en cumplirse, pero llegado el momento, cada uno de sus nietos y sus bisnietos se formarán y con voz firme le rendirán un homenaje a un hombre excepcional, sin vacilar le dirán...............................
"ESTAMOS PRESENTES MIS GENERAL"