martes, 31 de agosto de 2010

Estamos presentes "Mi General"


Recuerdo haber visto sus fotografías caminando derechito, con una sonrisa medio coqueta, medio sarcástica.
Es inteligente, con una filosofía de vida que le ha permitido recorrer los caminos muy a su manera.
Gracias a él tengo el hábito de la lectura, y de él heredé esta vena medio literaria que me permite escribir mis recuerdos envueltos en una nube de fantasía.
De carácter recio, bastaba una mirada suya que nos hacía entender cuando no estábamos haciendo lo correcto.
Muy pocas veces recibí un regaño de su parte; cuando hacía algo que no le gustaba, y que, dicho sea de paso, yo sabía que era algo inadecuado;  sólo me decía que lo decepcionaba mi forma de actuar, la verdad yo hubiera preferido un regaño, un grito, no esa frase que me mostraba lo que mi padre esperaba de mi.

Mi infancia está llena de recuerdos maravillosos, paseos a lugares sencillos pero que nos hacían pasar momentos inolvidables, como las visitas a los pequeños canales de agua cristalina que había en las afueras de la ciudad, donde en la actualidad está  una colonia residencial. Esos canales ya no existen, pero en nuestra memoria todavía están presentes los árboles frondosos, el canto de los pájaros, la brisa cálida y el agua fresca donde nos bañábamos mis hermanos  y yo, y de donde salíamos temblando de frio pero felices, llenos de energía, sintiendo la alegría de estar vivos.


También recuerdo los paseos a la Unidad Deportiva, mi mamá cargaba con refrescos, agua, pan y todo lo necesario para alimentar y dar de beber a una tropa de por lo menos 10 jóvenes, adolescentes y niños, entre hijos y "agregados" que nunca faltaban. De verdad que nos hacía sudar, corríamos, brincábamos, trepábamos, no nos daba oportunidad de rendirnos hasta que estaba seguro que habíamos puesto todo nuestro esfuerzo para seguirle el paso.
Siempre admiré la energía de mi papá, jugaba béisbol, y cuando era mucho más jóven, básquetbol. En las fiestas no paraba de bailar.

Me gustaba mucho verlo bailar las canciones de los 60´s ó 70´s porque mostraba el estilo tipo swing que se bailaba cuando era un jovencito, creo que también heredé de él el gusto por el baile.
Todos me dicen que me parezco mucho físicamente a mi mamá, pero en el carácter creo que soy muy parecida a mi padre.


Era firme y siempre esperaba que se le obedeciera sin chistar, pero a mí y a mis 2 hermanos menores, nos tocó una época mucho más suave de su carácter; tal vez se fué modernizando, o como dice uno de mis hermanos, nosotros lo "agarramos" cansado.

Sea como fuere, mi padre nos hizo disfrutar mucho nuestra infancia, algunas veces era sólo la salida a comprar la fruta; cuando lo acompañaban mis hermanos menores, siempre llegaban comentándo alguna anécdota, como cuando los escoltó el agente de tránsito hasta la puerta de la casa, en vez de levantarle la infracción a que se había hecho acreedor.
Tenía una capacidad de negociación que siempre que lo veía usarla me dejaba asombrada.

Los nietos no le dicen abuelo o abuelito, le dicen General, no se si por su carácter recio, por alguna anécdota o broma desconocida, o por.... qué se yo. El caso es que todos le dicen "Mi General".

Siempre ví a mi padre fuerte como un roble, nunca me imaginé que pudiese enfermarse o verlo vulnerable.
En una ocasión que fué intervenido quirúrgicamente, a los pocos días andaba repartiendo despensas para sus empleados, pues eran vísperas de Navidad.
Por esa razón cuando lo vimos postrado en una cama de hospital sin poder mover ni una sola parte de su cuerpo por el dolor tan intenso que esto le producía, nadie podía dar crédito de lo que veíamos.
Un 1° de julio,  tuvieron que intervenirlo para buscar la causa de ese dolor en su columna vertebral, llegamos de madrugada, y ya entrada la mañana vimos salir al médico, las cosas no habían salido como esperaba. pero dentro de todo estaba bien. Hasta ese momento nadie había recordado que ese día era mi cumpleaños.

Poco a poco lo vimos deteriorarse, nos parecía imposible que nuestro héroe de mil batallas se nos escapara de las manos. Y, de pronto lo vimos reverdecer, mejorar cada día, comenzar a dar sus primeros pasos, a bromear con sus hijas que lo traíamos "de la gamarra" es decir sin darle tregua,  para que esos pasos fueran cada vez más firmes.

Hay algunas cosas que mi padre ya no puede hacer, pero las ha solventado con muchas otras.
Tenemos General para rato

Tenemos la esperanza que uno de sus deseos de despedida tarde mucho en cumplirse, pero llegado el momento, cada uno de sus nietos y sus bisnietos se formarán y con voz firme le rendirán un homenaje a un hombre excepcional, sin vacilar le dirán...............................

"ESTAMOS PRESENTES MIS GENERAL"






miércoles, 18 de agosto de 2010

30 días

3 DE MIS AMORES, 2 YA NO ESTÁN

Las sombras se iluminan,
Las luces se obscurecen,
Todo cambia, se invierte.
El órden natural no sigue su ruta.
Ha querido tomar atajos,
y en su prisa me robó el alma.

Hoy arranqué la página número 30 del calendario
y junto con ella rasgué mi existencia.
En mi pecho se ahoga un grito,
en mis ojos se secan lágrimas,
en mis labios se muere una pregunta;
el viento no trae respuestas.

Cuando el cielo se nubla
y las gotas de lluvia caen,
el infinito desahoga sus penas,
los rayos de luz aparecen
entibiando el hielo de la angustia.

¿Porqué mi cielo nublado
no ha podido desahogar todo el dolor?
¿Porqué no sale el sol y entibia
el frío de mi tormento?

Morir un poco era hasta hace 31 días
sólo una frase.
Hoy es parte de mi existencia.
Morí dos veces hace un mes.
Muero otro poco cada día.

Héctor, Carlos; los amaré hoy, mañana y el día después de...........................SIEMPRE



miércoles, 11 de agosto de 2010

Felicidades Tita


Felicidades al Blog Una Ventana para Todos por su aniversario
Con cariño para Tita.





¡ Arriba el telón !


La primera generación de nietos de mis padres inició con mi hijo Héctor, y rápidamente creció hasta completar 9 nietos en un lapso no mayor a los 10 años.
Recuerdo la algarabía que se formaba cuando se juntaban para ensayar sus "obras de teatro" o sus presentaciones musicales.
Mi madre les proporcionaba el vestuario, el cual consistía en los vestidos que habíamos usado en alguna ocasión especial, como la boda de algún familiar, de coronación en las festividades escolares, bailes folcróricos de fin de cursos, o cualquier prenda que con un poco de imaginación y mucho de entusiasmo servía para transformar a una niña en  princesa, o a un niño en miembro del grupo de moda.
En el patio junto con las plantas y los cantos, a veces fastidiosos de los numerosos canarios, zenzontles y cualquier otra especie de ave que en esos momentos tuviera mi madre; colocaban las sillas donde nos situábamos para disfrutar el espectáculo.
En verdad nos divertíamos, ahí vimos "La Cenicienta" quien en lugar de zapatilla de cristal calzó un huarache dorado, "La bella durmiente" quien no recibió un beso del príncipe, sino un "zape" en la cabeza para despertarla.También ahí nació la palabra "rescompondencia" que pronunció un paje a la Reyna en no sé que cuento, cuando una de mis sobrinas, que tenía la tendencia a cambiar las palabras, dijo en lugar de correspondencia.
Durante el intermedio nos ofrecían un delicioso entremés que invariablemente consistía en agua de limón y postre de limón; una combinación poco afortunada, debido a que, después de comer un poco de postre necesitabas beber algo para suavizar el sabor entre ácido y excesivamente dulce que quedaba en la boca, pero obviamente el gusto que tenía el agua era insípido, en parte por lo antes consumido y en parte porque hacer agua de limón nunca fué el fuerte de ninguno de ellos.
En las primeras presentaciones, a pesar de todo, lo disfrutábamos, pero como en cada show no variaba el menú, inventábamos excusas para no aceptarlo, y si no nos quedaba más remedio,  las plantas o el perro recibían el manjar. Desgraciadamente el perro después de un tiempo generó también sus propias estrategias de rechazo.
Los ensayos se tomaban en serio, y la puesta en escena más. y ni que decir del público, que aplaudíamos sinceramente agradecidos por el espectáculo presenciado.
Nos conmovía no sólo el empeño puesto por cada uno, sin importar el papel desempeñado, sino la unión que se percibía en cada preparación, el vestuario (que era básicamente el mismo, aunque simulábamos no darnos cuenta), la escenografía, el menú, las invitaciones, en fin todo lo que hacían únicamente con el fin de hacernos pasar un rato agradable.

No sé si en otras familias ocurría lo mismo, sé que la mía tiene un toque sutil de locura,  era parte de nuestra cotidianidad separar en las agendas el día que marcaba la invitación recibida hecha a mano, pero, eso sí, acompañada de su programa correspondiente.

A pesar de los años transcurridos ésas presentaciones aún son tema de conversación, reímos al recordar el sinnúmero de anécdotas surgidas. No podemos olvidar el pañuelo anudado en la cabeza, la voz chillona o desafinada, la tartamudez, las risitas ahogadas o la indigestión por el banquete.

La nostalgia a partir de ahora será mayor, ya no están 2 de sus protagonistas, pero ésos y otros muchos recuerdos los mantendrán vivos entre nosotros.

Ésa unión entre los primos permanece intacta en el presente, y se la han heredado a la siguiente generación de nietos y de bisnietos de mis padres.

Parafraseando no me queda más que concluir, "La familia que actúa unida, permanece unida", sin más..............

lunes, 9 de agosto de 2010

sábado, 7 de agosto de 2010

Arlu esto es para vos!

Este es otro regalo más, ahora de mi querida amiga Diana desde Argentina
Gracias querida Diana, Mario Benedetti es uno de mis poetas favoritos, pero sobre todo, gracias por tu cariño.


                                  
NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.


Mario Benedetti

jueves, 5 de agosto de 2010

Vocabulario de la Vida

Gracias a mi queridísima amiga/comadre Lexy (sepsi-lepsi) por enviarme este preciosos diccionario
Pequeño diccionario para entender más profundamente el significado de algunas palabras muy importantes en la vida de cualquier persona, explicadas con el sentimiento, sin la formalidad de las reglas gramaticales o ataduras filosóficas.
Adiós: Es cuando un corazón que se va deja la mitad con quien se queda.
Amigo: Es alguien que se queda para ayudar cuando todos los demás se alejan.
Amor al próximo: Es cuando un extraño pasa a ser el amigo que todavía no abrazamos.
Caridad: Es cuando una persona tiene hambre y compartimos con ella la única galleta que tenemos.
Celos: Es cuando el corazón se retuerce porque no confia en sí mismo.
Cariño: Es cuando no encontramos ninguna palabra para expresar lo que sentimos y hablamos con las manos, colocando una caricia en cada dedo.
Evangelio: Es un libro que sólo se lee bien con el corazón.
Adoctrinamiento: Es cuando una persona conversa con el Espíritu colocando el corazón en cada palabra.
Cordialidad: Es cuando amamos mucho a una persona y tratamos a todos los demás como a ella.
Evolución: Es cuando avanzamos y sentimos el deseo de buscar a los que van quedando atrás.
Hijos: Es cuando Dios pone una joya en nuestras manos y nos recomienda cuidarla.
Fe: Es cuando una persona dice que va a escalar el Everest y su corazón ya lo considera un hecho.
Comprensión: Es cuando un anciano camina lentamente delante de nosotros y, aunque tenemos prisa, no lo apuramos.
Envidia: Es cuando una persona todavía no descubrió que puede ser mejor que otra.
Lealtad: Es cuando una persona prefiere morir a traicionar a quien ama.
Enemistad: Es cuando una persona empuja bien lejos la línea del afecto.
Lágrima: Es cuando un corazón triste pide a los ojos que hablen por él.
Luto: Es una espina en el corazón que tarda en desaparecer.
Maldad: Es cuando arrancamos las alas al ángel que deberíamos ser.
Perfume: Es cuando reconocemos a quienes nos agradan, aun con los ojos cerrados.
Muerte: Es una separación con aroma de eternidad.
Nietos: Es cuando Dios envía ángeles para alegrar a los abuelos.
Orgullo: Es cuando una persona se siente hormiga y quiere convencer a los demás de que es un elefante.
Odio: Es cuando plantamos trigo todo el año, esperando que madure, y una persona lo quema todo en un día.
Perdón: Es liberar al corazón del peso de una enorme piedra.
Pesimismo: Es cuando una persona pierde la capacidad de ver la vida en colores.
Paz: Es el premio de quien cumple honestamente con su deber.
Rabia: Es cuando colocamos una muralla en el camino de la paz.
Pereza: Es cuando un virus entra en la voluntad y la enferma.
Simplicidad: Es el comportamiento de quien comienza a ser sabio.
Nostalgia: Es cuando, estando lejos de algo querido, sentimos deseos de volar para reencontrarlo.
Sexo: Es cuando una persona ama tanto a otra que desea vivir dentro de ella
Superfluo: Es cuando nuestra sed neceita una gota de agua y pedimos un río entero.
Soledad: Es cuando estamos rodeados de gente, pero nuestro corazón no ve a nadie alrededor.
Ternura: Es cuando alguien nos mira y sus ojos brillan como dos estrellas.
Vanidad: Es cuando una persona abdica de su esencia a favor de otra; generalmente peor.
Sinceridad: Es cuando nos expresamos como si la persona a quien nos dirigimos estuviera al otro lado del espejo.
Autor: Luiz Gonzaga Pinheiro.


















¿Quién espanta a la borrega?



Mi papá Vito era mi abuelo materno, fué un hombre maravilloso al que recuerdo con mucha ternura. Tenía su cabello totalmente blanco, como lo tiene mi madre ahora y como creo que yo lo tendré, cuando encuentre el valor de dejar de teñirmelo.
Bajito de estatura, pero de corazón enorme, caminaba derechito, me encantaba verlo llegar con su sombrero de medio lado, como todo un caballero. Me hacía las tardes llevaderas cuando no había nada que hacer mas que dejar que el calor agobiante  del verano se nos metiera hasta en los pensamientos.
Fué ferrocarrilero y después trabajó como hombre pez, bajando a ríos de aguas heladas para dejar testimonio de su existencia en los fuertes cimientos de varios de los puentes que cruzan por mi querido México.
Nunca me cansaba de escuchar sus historias, me hacía estremecer cuando hablaba sobre aquellos hombres que perdían  la voluntad al escuchar el canto de la Dama de la selva, o la del cántaro con la vela encendida que usaban para localizar a aquellos que tenían la desgracia de morir ahogados en los ríos; nunca fallaba decía, y con sus relatos tan bien contados  me imaginaba aquella vasija con una vela encendida dentro que era arrastrada por la corriente hasta detenerse y flotar en círculos exactamente dónde se encontraba el infortunado atorado por las raíces y el miedo.
Papá Vito me cantaba 2 canciones, eran exclusivas para mí, aún cuando su voz se apagaba más pronto de lo esperado pues su capacidad respiratoria cada vez era menor, como resultado de las horas pasadas bajo las heladas aguas.
Pero había valido de pena, recordaba con orgullo aquellas imágenes que pasaban antaño en todos los cines del país, antes de iniciar la película en cartelera donde aparecía dando la mano al Presidente de la República de aquellos años, después de la inauguración de un puente.
Me regaló su sabiduría durante los años que vivió con nosotros, agradezco a Dios por ello.
Discreto, podía desaparecer entre las grietas de la mesura, pero cuando sonreía nadie era capaz de ignorarlo.
Recuerdo su saludo cuando  regresaba de la escuela y subía a saludarlo: "¿Quién espanta a la borrega?" me preguntaba; "yo mera", le respondía. Los caminos del tiempo han borrado de mi memoria el significado de ese saludo,  pero sabiendo lo aficionado que era a contar historias, no dudo que tras de éste evento cotidiano se escondiera una más de sus interesantes narraciones.
Poco a poco su cuerpo fue cobrándo la factura de los años dedicados a esa actividad que él consideraba facinante, parte de sus pulmones se fueron muriendo haciéndole cada vez más difícil la respiración, y a pesar de sus largas caminatas, nada pudo hacer para detener al fantasma del ahogo, sin que tuviera la esperanza de que el cántaro con la vela encendida flotara en círculos para encontrarle el camino de regreso.
Una tarde, cuando mi boda estaba próxima, entró en mi habitación muy contento, estaba mejorando mucho me dijo, y hasta creía que podría bailar conmigo durante el banquete nupcial. Debido a esto, dedicábamos unos minutos después de mi trabajo para practicar; bailábamos despacito y  cada vez se movía con mayor soltura.
Un helado domingo de Enero despertó más agitado que otros días, para no perder la costumbre peleámos, ésta vez por no querer que lo llevaramos al hospital.
"Si me lleva al hospital me muero apenas entre" me increpó,  "Prometí estar pasado mañana en Saltillo", él siempre cumplía sus promesas, y al escucharlo no pude dejar de sentirme agobiada, tan mal lo veía .
Horas más tarde se le escapó su último suspiro en los brazos de mi futuro esposo. Ya no bailaría conmigo el día de mi boda, a cambio Dios le concedió cumplir su promesa, no podía faltar a su palabra, estuvo en Saltillo rodeado de sus seres queridos, sentimos su presencia, escuchamos su risa sin sofocos, sin susurros.
Bailé mucho tiempo con él durante mis sueños y despierta respondí muchas veces más cuando mi  corazón escuchaba su alegre saludo "¿Quién espanta a la borrega?".................................................