PROMETIENDO A LOS MARES QUE TE VOY A ESPERAR
Te voy a esperar
sentado en la huella por donde antes vine.
A buscarte en lo alto del árbol
de la calle reventada de sol.
Te voy a esperar
parado en la puerta de todos los años
y en la realidad colorida de todos los viejos mercados,
te voy a esperar.
Con una sortija de besos amargos
y flor de aventuras de nuevas promesas.
Y un labio pintado de fuegos promiscuos
y un paso de obrero volviendo a su esquina.
Te voy a esperar
a pesar que me digan que hay cosas chiquitas,
olores a olvido, y un fósforo largo el amor tiene adentro
y a ratos consume su piel de madera.
Te voy a esperar prometiendo a los mares
que voy a cruzarlos si un día quisieras.
Te voy a esperar en la aldea del hombre
que viene cansado de andar entre plagas.
Te voy a esperar sentado en la puerta
como hacía antaño los mismos abuelos,
Tendré en la memoria la flor del silencio
y un dulce caballo trotando en la siesta.
Después hará el tiempo trincheras de sombra,
después, medianoche de pájaros bruscos,
habrá en la pupila de todos los barcos.
Y en cada oxidado huesito del alba
tendré tu sonrisa sembrando poemas.
Te voy a esperar en un puerto de lluvia.
Me vas a ayudar a romper los paraguas,
y vas a tatuarme dos pájaros rojos
en medio del pecho que huele a tu estrella.
Te voy a esperar aunque hayas venido,
esperarte es el modo sencillo que tengo
de andar incendiando canciones del aire,
sembrando guitarras detrás de tus días.
Te voy a esperar
sentado en la huella por donde antes vine.
A buscarte en lo alto del árbol
de la calle reventada de sol.
Te voy a esperar
parado en la puerta de todos los años
y en la realidad colorida de todos los viejos mercados,
te voy a esperar.
Detrás de la esquina del barrio que quiero,
adentro del agua que guardan las plantas
pensando en las aves calientes de enero.
Te voy a esperar con violines en fuga
tocando el adagio del largo verano,
tirado en la siesta de un pueblo con luna,
metida en los huesos la lluvia primera.
Te voy a esperar
a pesar que me digan que hay cosas chiquitas,
olores a olvido, y un fósforo largo el amor tiene adentro
y a ratos consume su piel de madera.
Te voy a esperar prometiendo a los mares
que voy a cruzarlos si un día quisieras.
sentado en la huella por donde antes vine.
A buscarte en lo alto del árbol
de la calle reventada de sol.
Te voy a esperar
parado en la puerta de todos los años
y en la realidad colorida de todos los viejos mercados,
te voy a esperar.
Con una sortija de besos amargos
y flor de aventuras de nuevas promesas.
Y un labio pintado de fuegos promiscuos
y un paso de obrero volviendo a su esquina.
Te voy a esperar
a pesar que me digan que hay cosas chiquitas,
olores a olvido, y un fósforo largo el amor tiene adentro
y a ratos consume su piel de madera.
Te voy a esperar prometiendo a los mares
que voy a cruzarlos si un día quisieras.
Te voy a esperar en la aldea del hombre
que viene cansado de andar entre plagas.
Te voy a esperar sentado en la puerta
como hacía antaño los mismos abuelos,
Tendré en la memoria la flor del silencio
y un dulce caballo trotando en la siesta.
Después hará el tiempo trincheras de sombra,
después, medianoche de pájaros bruscos,
habrá en la pupila de todos los barcos.
Y en cada oxidado huesito del alba
tendré tu sonrisa sembrando poemas.
Te voy a esperar en un puerto de lluvia.
Me vas a ayudar a romper los paraguas,
y vas a tatuarme dos pájaros rojos
en medio del pecho que huele a tu estrella.
Te voy a esperar aunque hayas venido,
esperarte es el modo sencillo que tengo
de andar incendiando canciones del aire,
sembrando guitarras detrás de tus días.
Te voy a esperar
sentado en la huella por donde antes vine.
A buscarte en lo alto del árbol
de la calle reventada de sol.
Te voy a esperar
parado en la puerta de todos los años
y en la realidad colorida de todos los viejos mercados,
te voy a esperar.
Detrás de la esquina del barrio que quiero,
adentro del agua que guardan las plantas
pensando en las aves calientes de enero.
Te voy a esperar con violines en fuga
tocando el adagio del largo verano,
tirado en la siesta de un pueblo con luna,
metida en los huesos la lluvia primera.
Te voy a esperar
a pesar que me digan que hay cosas chiquitas,
olores a olvido, y un fósforo largo el amor tiene adentro
y a ratos consume su piel de madera.
Te voy a esperar prometiendo a los mares
que voy a cruzarlos si un día quisieras.
Autor: Mariano Pini