Eres un remanso de ternura, y un pozo de infantil sabiduría.
Mi pequeña princesa que me enseñó que el amor verdaderamente se puede medir con dos vueltas y media, de ida y regreso hasta la luna.
Cuando naciste, el corazón me dió un vuelco mitad de miedo, mitad de gozo porque hasta entonces sabía lo que era el amor de hija, el amor de esposa, el amor de madre; pero no sabía como era el amor de abuela y tu me diste la enorme dicha de descubrirlo.
Escuchar tu risa, conversar contigo, abrazarte, se han convertido en alimento para mi espíritu.
Recuerdo cuando te escuché cantar por primera vez, cuando llegaste y me mostraste que a tus 5 años ya podías leer "perfectamente" según me dijiste al leer las palabras que tu papi muy orgulloso te mostraba.
Te quiero tanto Mariana, cuando miro tus ojos tan profundos, cuando te observo como pequeña madrecita cuidando a tus hermanos, siento que recorro un camino de esperanza, un viento de añoranza mece mis cabellos, un aroma de paz llena mis sentidos.
Dios te bendiga mi niña, mi princesa, mi aliento
¡Feliz cumple Mariana!
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