Algunos
 de nosotros estamos en la docencia por azares del destino, pero hay 
personas que han sentido esa vocación y que la traen en la sangre, que 
es como su segunda piel; Dios me ha permitido a lo largo de mi vida ser 
guiada por muchos de estos MAESTROS que fueron tocados con ese Don , mis
 maestras Cuquita, Emma, Amparito, Rosita, Mi profe Favela en 
secundaria, y sobre todo  mi querida hermana SILVIA que fué hasta el 
final de sus días una MAESTRA en toda la extensión de la palabra, sé que
 todos ellos donde quiera que estén, siguen firmes en su apostolado. 
Para ellos y todos los maestros que son fieles a su profesión 
¡FELICIDADES!