miércoles, 11 de agosto de 2010

¡ Arriba el telón !


La primera generación de nietos de mis padres inició con mi hijo Héctor, y rápidamente creció hasta completar 9 nietos en un lapso no mayor a los 10 años.
Recuerdo la algarabía que se formaba cuando se juntaban para ensayar sus "obras de teatro" o sus presentaciones musicales.
Mi madre les proporcionaba el vestuario, el cual consistía en los vestidos que habíamos usado en alguna ocasión especial, como la boda de algún familiar, de coronación en las festividades escolares, bailes folcróricos de fin de cursos, o cualquier prenda que con un poco de imaginación y mucho de entusiasmo servía para transformar a una niña en  princesa, o a un niño en miembro del grupo de moda.
En el patio junto con las plantas y los cantos, a veces fastidiosos de los numerosos canarios, zenzontles y cualquier otra especie de ave que en esos momentos tuviera mi madre; colocaban las sillas donde nos situábamos para disfrutar el espectáculo.
En verdad nos divertíamos, ahí vimos "La Cenicienta" quien en lugar de zapatilla de cristal calzó un huarache dorado, "La bella durmiente" quien no recibió un beso del príncipe, sino un "zape" en la cabeza para despertarla.También ahí nació la palabra "rescompondencia" que pronunció un paje a la Reyna en no sé que cuento, cuando una de mis sobrinas, que tenía la tendencia a cambiar las palabras, dijo en lugar de correspondencia.
Durante el intermedio nos ofrecían un delicioso entremés que invariablemente consistía en agua de limón y postre de limón; una combinación poco afortunada, debido a que, después de comer un poco de postre necesitabas beber algo para suavizar el sabor entre ácido y excesivamente dulce que quedaba en la boca, pero obviamente el gusto que tenía el agua era insípido, en parte por lo antes consumido y en parte porque hacer agua de limón nunca fué el fuerte de ninguno de ellos.
En las primeras presentaciones, a pesar de todo, lo disfrutábamos, pero como en cada show no variaba el menú, inventábamos excusas para no aceptarlo, y si no nos quedaba más remedio,  las plantas o el perro recibían el manjar. Desgraciadamente el perro después de un tiempo generó también sus propias estrategias de rechazo.
Los ensayos se tomaban en serio, y la puesta en escena más. y ni que decir del público, que aplaudíamos sinceramente agradecidos por el espectáculo presenciado.
Nos conmovía no sólo el empeño puesto por cada uno, sin importar el papel desempeñado, sino la unión que se percibía en cada preparación, el vestuario (que era básicamente el mismo, aunque simulábamos no darnos cuenta), la escenografía, el menú, las invitaciones, en fin todo lo que hacían únicamente con el fin de hacernos pasar un rato agradable.

No sé si en otras familias ocurría lo mismo, sé que la mía tiene un toque sutil de locura,  era parte de nuestra cotidianidad separar en las agendas el día que marcaba la invitación recibida hecha a mano, pero, eso sí, acompañada de su programa correspondiente.

A pesar de los años transcurridos ésas presentaciones aún son tema de conversación, reímos al recordar el sinnúmero de anécdotas surgidas. No podemos olvidar el pañuelo anudado en la cabeza, la voz chillona o desafinada, la tartamudez, las risitas ahogadas o la indigestión por el banquete.

La nostalgia a partir de ahora será mayor, ya no están 2 de sus protagonistas, pero ésos y otros muchos recuerdos los mantendrán vivos entre nosotros.

Ésa unión entre los primos permanece intacta en el presente, y se la han heredado a la siguiente generación de nietos y de bisnietos de mis padres.

Parafraseando no me queda más que concluir, "La familia que actúa unida, permanece unida", sin más..............

3 comentarios:

  1. gracias hermana por hacerme vivir y recordar con estos relatos momentos inovidables en el patio de la casa rodeada por mis padre, mis hermanos, mis sobrinos y mi hija. Te felicito por esa sutileza y hermosura con que escribes tus recuerdos...te quiero tu hermana anita,

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  2. hola tia.. jjaja como olvidar nuestras maravillosas puestas en escena, los ensayos, recuerdo aquel vestido color verde que me encantaba usarlo y nunca borrare de mi mente la vez que nos visitieron de novios a Carlos y a mi... te quiero mucho...

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  3. Mi niña yo aqui reportandome, sabes donde estoy siempre esperando mi cariño por siempre

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