jueves, 8 de marzo de 2012

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, DÍA INTERNACIONAL DE LA ANGUSTIA




En este día que se celebra el día internacional de la mujer, el título de mi entrada quiere hacer referencia no de esas mujeres que  se levantan por las mañanas pensando que vestido se pondrán para salir a trabajar, sino de esas que no han dormido pensando qué le darán de comer a sus hijos ese día. Quiero hacer referencia no a esas mujeres que se han recargado plácidamente en el hombro de su compañía nocturna, sino a aquellas que no se han movido toda la noche para no desperar a la pesadilla de su vida. 
quiero hacer referencia a aquellas mujeres que todavía lloran la ausencia de su hijo, padre, esposo o hermano que sucumbió ante el fuego de una guerra absurda donde a ella no se le preguntó si quería ofrendar ese pedazo de su existencia.
Quiero hacer referencia a ese grito de angustia de aquella que se siente perdida en el laberinto de un mundo donde todavía hay mujeres flageladas, vendidas, repudiadas, castigadas y vomitadas de vuelta a la realidad de todos los días.
Quiero también compartir este poema de Carmen Julia Holguín Chaparro, mujer en toda la extensión de la palabra, poeta Chihuahuense que rindió tributo a las Muertas de Juárez y por ende a las muertas de dondequiera .

PLEGARIA

Me arrebataron mi nombre en el desierto,
Juan;
garras de odio me lo quitaron a jirones
y lo arrojaron entre los médanos congelados
de una noche sin luna.

Me lo hicieron pedazos
en medio de un silencio de siglos,
de horas infinitas
cargadas de dolor y humillación
ante cada sílaba ensangrentada
que se perdía en aquella oscuridad maldita.

No pude defenderlo,
Juan;
maniataron mi aliento,
vendaron mi corazón,
amordazaron mis manos y mis piernas
y me lo arrancaron de a poquito,
disfrutando el despojo.

Cuando el sol despertó entre las dunas,
me encontré sin nombre
y empecé a sentir un frío
que me abrazaba los huesos
y que no me deja incluso ahora,
a pesar de esta sábana blanca
que cubre los restos
de mi carne desorientada.

Estoy muy sola sin mi nombre,
Juan;
durante días han desfilado
frente a mi rostro de cuencas vacías
mi padre y mi madre
y no han podido llamarme hija,
mis hermanos
y no han podido llamarme hermana,
mis hijos
y no han podido llamarme madre
porque no tengo nombre.

Tengo miedo del silencio eterno,
Juan;
de que nadie pueda
volver a pronunciar mi nombre
desbaratado sobre la arena
que ahogó mi sueños.

Sálvame,
Juan.
Nómbrame Ana, Luisa, Rosario,
Yolanda.

Bautízame,
Juan.
Llámame Clara, Rebeca,
Lucía.

Ayúdame a decir presente
cuando Dios llame a todos sus hijos
por su nombre.
Poema de Carmen Julia Holguin Chaparro. Tomado de iluminadoelmundoyyodespierta.blogspot.com